viernes, 1 de abril de 2011

La vida es una aventura... (?)

Pues, escuché por ahí... en una película que no nombraré por no hacerle favores a nadie (mejor dicho, por no verme mal, ja ja ja ja ja, y los que la sepan estarán en las mismas condiciones que yo), una canción que decía más o menos así:

La vida es una aventura que hay que vivir...
es una aventura, quieras o no...


Me hace pensar tantas cosas... sobre todo, cómo un simple pedacito de una canción, puede inundarme de tantos sentimientos entremezclados en una fuerte batalla por ver quién domina. Una batalla que en momentos ha sido ganada por la nostalgia; otros en los que el triunfador es el deseo de ser mejor y, así, el dolor, la tristeza, las ganas de rendirme, la alegría, la fortaleza, la baja y la alta autoestima, la rabia, la autocompasión... en fin, era una batalla que me tiene tenía al borde de estallar, y no con gritos o con enojo, sino en llanto.

Lo sé... lo sé... soy bastante llorón en muchas situaciones, pero he llegado a la conclusión de que ser implosivo... no es muy bueno que digamos. Es necesario para todos que esta "aventura" que es la vida (según la ya mencionada canción, que por cierto tengo la tonadita en la cabeza), que podamos de alguna manera hacerle frente... y con ganas...

No obstante, admito que esa "aventura", algunas veces, se torna de manera súbita y sorpresiva en una desventura, o quizá nosotros decidamos que sea así. Esto es algo que aún no termino de discernir.

Pero para no divagar tanto, volviendo al temita pegajoso de la canción, esta mezcla de sentimientos, algunos de los cuales consideraba apagados e incluso extintos, me hace notar lo extenso que es el terreno del corazón y lo distantes que están sus fronteras con la razón, aunque en momentos pareciera que esta distancia se acorta. Suena confuso, ¿no?

Imaginemos México y Arizona... regiones fronterizas... un muro que las divide... pero, aun así, es penetrable. Pues este muro que hace de separación y distancia tal vez sea similar al que divide la razón y el corazón... penetrable por momentos. Esos momentos son los que nos dejan divisar la anhelada tierra de la estabilidad; esto, según yo creo...

Porque, si pensáramos sólo con el corazón, seguramente no llegaríamos a cumplir algunos de nuestros sueños; pero si nuestra manera de pensar se basara sólo en la razón, seguramente seríamos robóticos o llevados sólo por la inercia.

Me gustaría manejar mi mundo con una mezcla de corazón y razón... un balance. Pero heme aquí en un punto en el que el corazón lagrimea mi rostro al escribir y la razón se asoma a amonestarlo por interferir con mi visión; donde los sentimientos interceptados a través de ellos (la razón y el corazón) se plasman en mi diminuto momento... mi momento de descifrar "La aventura de la vida".

No sé cuál sea mi aventura... pero acá tengo la vida... y si ella es la aventura... aún me falta saber si quiero o no.